jueves, 30 de junio de 2016

Mi frustración....

La  impotencia que se siente al momento de un ataque

Iba caminando con el celular tomado entre ambas manos, no me di cuenta de lo que sucedía a mi alrededor, camine sin preocuparme de nada. Al cabo de unos  cuantos pasos vi un sujeto que caminaba del lado contrario de la banqueta pero no presté atención pues una parte de mí intenta alejarme de los estereotipos sociales donde el mal vestido es una mala persona,… que equivocación.

Por ir distraída revisando una dirección, de pronto, vi como una mano intentaba abrazarme por el costado izquierdo y por el lado derecho este sujeto tomaba con fuerza  mi celular y trataba desesperadamente arrebatarlo de mis manos; para ser sincera sentí miedo pero pensé que sería algún amigo tratando de jugarme una broma y mi primera reacción fue apresar el celular entre mis manos con toda la fuerza posible, aunado a esto hice mi cuerpo hacia la derecha ejerciendo presión sobre el brazo del ladrón, al instante este soltó el celular y con el arrebato me paso a golpear la mejilla derecha.

En ese momento voltee hacia donde el tipo, vi que se alejaba cual cobarde que es, le grite con todas mis fuerzas:

-¡Eres un puto!, ¡Maldito ladrón de mierda!- seque dije algunas groserías más pero por respeto al lector no las escribiré.

Después de haber desahogado un poco mi ira volteé con la intención de seguir mi cambio y justo en ese momento me percate de que otro sujeto corría despavorido mientras cruzaba la calle, evidentemente ya sabían a quien robarle, a mi.

Continúe mi camino como si nada, avance a la parada y me dirigí a mi destino, ya en el camión recibí la llamada de mi amigo donde me preguntaba que hacía y  como estaba, al principio le dije el camión donde iba y estaba tranquila, pero cuando iba a colgar le dije que no era cierto, no estaba bien , estaba asustada, empecé a llorar, me pregunto que donde estaba y por un momento desconocí todo a mi alrededor entre en una especie de shock y decidí bajarme del camión, espere a mi amigo que fuera por mí, porque no me sentía con el valor suficiente para salir a la calle.

Si hoy me preguntas que siento, siento coraje porque en lugar de gritarle al ladrón pude haber corrido hacia él, alcanzarlo y darle alguna clase de escarmiento, para que entendiera que si tiene huevos, los ocupara pero para trabajar, no para estar de mal viviente.

Y como dato extra, la calle donde me intentaron robar no es una calle solitaria, al contrario, es muy transitada por las personas, pero esta sociedad se está acostumbrando a callar de tal manera que aun con mis gritos y todo, se hicieron los que no veían nada, pasaban a mi lado y era como si yo fuera un objeto, no una persona que acababa de sufrir  un ultraje.

Siempre en la distancia

Me gustan esas salidas sinceras, en las que no hay intenciones ocultas, donde la sinceridad es el factor predominante.
Era tarde y mi estado de ánimo pasaba de enojada a profundamente molesta, pues la espera en una imprenta es bastante tediosa, y si a eso le aumentas que los trabajos que te entregan están mal  hechos, agh, a eso habrá que sumarle mi hambre y el sentimiento de extraña soledad; sin embargo, agradezco tu compañía, no tenias por qué estar ahí pero aun así esperaste pacientemente, incluso más que yo.
Saliendo de ahí, aun molesta por el trabajo que me habían entregado, soportaste mi berrinche por el hambre y me acompañaste a cumplir mi capricho de comida, haciendo a un lado la compañía extra que llevabas; ya en el lugar y yo  contenta por mi comida, te sinceraste conmigo sobre lo que te molestaba, lo que pensabas y lo que te dolía en ese momento.
Francamente me dolió tu dolor, me molesto porque te vi como entregabas el corazón  en esa relación que terminó por derrumbarte, te quebró y debido a eso tengo un sentimiento de impotencia, por no lograr hacerte sentir mejor como me gustaría, me encantaría verte sonreír, seguir adelante sin importarte nada más y que dejaras de fingir ante el mundo que no te duele su ausencia, pero no puedo mandar en tu corazón.

Cuando escuchaba tus palabras no pude evitar sentir nostalgia por los recuerdos contigo, porque me hubiera gustado con el alma ser el motivo de tu sonreír y ver ese brillo en tus ojos cuando hablaras de  mi, sin embargo eso no fue, no paso y no pasará  nunca, queda entre nosotros una bonita amistad, eres un amigo que no cambio por nada, tenemos un apego estúpido el uno del otro pues sabemos de antemano que nunca estaremos juntos pero estamos seguros que cuando menos nuestra amistad es sincera y será fuerte.

jueves, 16 de junio de 2016

Quizá soy una niña

Hoy le pongo fin a este evento de mi vida y puedo dar la vuelta con la frente en alto, porque yo no fui quien falle y aunque él diga lo contrario, yo no mentí, aunque tampoco puedo decir que me fallaron porque sus acciones ya estaban anticipadas y su objetivo también.
Hoy mi consciencia está tranquila, por una sencillita razón, el papel de niñita boba funcionó, hacer que me subestimara hizo que, aunque lo niegue, le doliera lo que le hice sentir, para bien o para mal, pero estoy feliz porque al menos fui sincera, le dije lo que tenía que decirle, y pude leer sus palabras con una sonrisa en el rostro y no porque fueran palabras amables, al contrario, si hubiera guardado el cariño que hace algunos años le tenía quizá me hubiera roto como a ese edificio, pero me arme con buenos cimientos y una cruda dosis de realidad que me hizo anticipar sus acciones, y seguir su juego hasta las últimas consecuencias, hasta que me aburrí del mismo libreto, hasta que el mismo se alejará de mi.
Todo inicio como un deseo egoísta de estar físicamente, las emociones ya sobraban, no se sentía más que sexo, su palabrería de “amor”, y su palabra de hombre, no vale, y si me equivoco eso solamente lo sabe Dios y de ser cierto que me juzgue mi Dios.
Sé que no suelo mostrar mucha fe, pero es que la hipocresía no va conmigo, yo no sé como lo llevan otras personas pero yo no puedo, si algo me molesta, gusta  o disgusta, por más que lo intente mis ademanes, gestos o palabras lo demuestran, el que me quiera así adelante y el que no, pues que siga con su vida.

¿Qué soy una niña?, puede ser, pero también es cierto que el tipo de persona con quien decides compartir momentos dice mas ti que de la persona que elegiste, así que cuidado con lo que dices “hombre”.
Aunque pensándolo bien, quizá tienes razón, quizá soy una niña, y con la misma inocencia de una, me fue más sencillo no complicarme la vida y ver tus intenciones tras el cristal de tu supuesto cariño, tras ese cristal que más bien era un hielo puesto al sol donde el tiempo tarde o temprano lo derretiría.
Pd: No eres más ni menos que yo, simplemente eres tú con todo y tus defectos, solo puedo desearte lo que te mereces y es que encuentres a alguien con el mismo hielo disfrazado de corazón que tienes.

miércoles, 1 de junio de 2016

Me gusta el azul… ¿Ya soy niño?

Cuando era niña, en una clase de ciencias naturales en tercer año, la maestra, muy estricta por cierto, indicó al grupo que dibujáramos una flor en nuestro cuaderno, así lo hice al igual que la mayoría de mis compañeros, después dijo que la pintáramos con nuestro color favorito y recuerdo que ella coloco sobre el escritorio una generosa cantidad de colores azules y rosas.
Nos levantábamos del mesabanco en forma ordenada y los niños tomaban el azul y las niñas el rosa, así era hasta que me toco pasar al escritorio y tome un azul, la maestra mostró su molestia y yo no entendía en que me había equivocado, pues ella dijo que tomáramos nuestro color favorito y el mío es el azul.
Sin embargo ella me sujeto fuertemente del brazo y con tono burlón preguntó a mis compañeros ¾¿Cuál es el color favorito de las niñas?¾
¾El rosa¾respondió como si fuera algo escrito, algo forzoso
Fue entonces que el compañero que se formo detrás de mí grito, ¡Ella es un niño, porque le gusta el azul!
Me sentí incomoda y me fui a mi lugar, cuando el llegó a sentarse le clave el lápiz sobre la mano y con lagrimas en los ojos  y bastante enojada le grite que era un soquete (era la única palabrota que conocía), que por su culpa mi trabajo había tenido una menor calificación y el replicó.
¾La culpa la tienes tu por marimacha, a mi no me inventes nada¾lo gritó tan fuerte que todos escucharon y se rieron.
No sé que fue peor, si la decepción por mi baja calificación en un trabajo que sobresalía al de los demás o que pesé a todo la regañada fui yo, mi delito…..no saber cuál era el color favorito que debían escoger las niñas.
Es increíble que la sociedad hoy en día sea tan intransigente al usar etiquetas a su antojo para determinar a una persona por su forma de ser, decir, condición social, gustos musicales o cualquier cosa que lo haga diferente de los demás.
Entiendan que no todo el que lleva una camioneta negra y del año es narco, al contrario, la mayoría de las ocasiones son gente que ah pasado años trabajando, limitándose en muchas cosas para poder tener lo que tiene.
No todas las secretarias tienen amoríos clandestinos con sus jefes, la mayoría de ellas están la mayor parte del tiempo pensando en la familia que están desatendiendo por estar trabajando. No todo el que sale cada fin de semana es porque tiene felicidad en su vida, muchas veces el alcohol es una bonita forma de ocultar lo que duele, lo que lastima, aquellos secretos o traumas que se irán a la muerte y que no permiten que esa persona que toma por gusto sea realmente feliz.
Tampoco salir con alguien mayor a ti te hace más o menos inteligente o maduro, simplemente demuestra tu capacidad de selección y desde mi muy particular punto de vista, nadie tiene derecho a opinar sobre tu relación, buena o mala es tuya, es tu vida y tú decides cómo y con quien vivirla, ya sea hombre o mujer, pues si no te sientes completo o completa con una relación heterosexual no debes seguir en ella.
El mundo es tan variado, que nos permite escoger y ser escogidos, pero en nosotros esta la decisión. Nadie experimenta en cabeza ajena, nadie aprenderá por ti ni librara tus batallas, ese día con la elección del color azul me sentí desubicada, era una niña, pero desde ese momento me aferre a la idea de que mi color favorito era el azul, fue hasta que gane mi primer sueldo y pude comprarme las cosas a mi gusto, que intenté llenar mi closet de colores azul en lugar del rosa, que hoy se me hace lindo pero no es mi favorito.


¿Si no te atreves a probar el chocolate, como sabes que no te gusta?

Nada es para siempre....

Esa es la realidad, lo que un día está bien al otro puede cambiar, la persona modelo que tienes en tu vida, esa a la que no le dudas ni los buenos días, puede dejar de ser lo máximo y decepcionarte, hacerlo de tal manera que lo  llegues a desconocer.
Sé que no conozco aun su versión de las cosas y que hacer prejuicios sobre las situaciones solo generan mayores conflictos, sin embargo, a una mujer se le respeta, sea lo que sea, se comporte como lo haga, hasta una mujer de vida alegre tiene derecho a decir “no” si lo desea y tras esa negativa, nada se puede hacer.
Ella no es una mala persona, y él era mi modelo a seguir, como ser humano, como amigo, como docente, pero ahora solo puedo sentir tristeza, una tristeza egoísta, lo digo así porque lo que me duele es que a mis ojos dejo de ser el hombre ejemplar, y se transformo en un monstruo.

Desconozco la razón de la discusión tan grave, sin embargo, no considero que bajo ninguna circunstancia el comportamiento de él se justifique, me parte el alma decirlo pero eso siento en este momento.